CAPÍTULO VI
QUINTO RELATO:
Lunes 22 Enero 2001
Lo que comenzó siendo una hermosa historia de amor, se
convirtió con el paso de los años en un infierno, en el
que mi ex, sufrió la peor parte; fueron
años difíciles para ella; comprobando cómo día a
día, el hombre del que se había enamorado y con el que
se esposó perdía el dominio de su voluntad y como cada
día, la heroína, era mucho más fuerte que ella misma y
el amor que nos profesábamos ambos.
Nuevamente la ignorancia que padecimos en los primeros
años, respecto a las drogas y sus consecuencias,
nos hizo su jugada, puesto que mientras hoy
sería muy difícil, el que una joven se desposara
(siendo ella una chica normal) con un drogadicto y ya
consumidor de heroína en aquel entonces... en éste
país y para empezar, la expresión, drogadicto, no
tenía un significado tan claro como el que tiene hoy;
los drogadictos que conocíamos eran los de las
películas. Los jóvenes que consumíamos ya drogas (o
comenzaban su consumo) ni sabíamos... ni tan siquiera se
nos podía pasar por la cabeza, el que nos
convertiríamos con el paso del tiempo, en
drogo-dependientes. Y por supuesto, producto de la
mencionada ignorancia, las novias, los amigos ó amigas,
no encontraban problema alguno, en que de vez en cuando,
usáramos alguna droga. De esta forma o manera, muchas
mujeres, conocedoras por aquel entonces, de que sus
compañeros se drogaban, se casaron, no encontrado
problemas por este hecho y como era de esperar, sufrieron
todo el proceso de dependencia de éstos y a la par
que fueron dándose cuenta de la terrible realidad.
Estoy seguro de que los primeros problemas surgieron
después de transcurridos los primeros tres años y
éstos, aparecieron por un motivo elemental, el
dinero. En tanto y en cuando la economía familiar
no se vio afectada, no parecía haber problemas; ahora
bien, en cuanto mi dependencia fue aumentando, aumentó
(como era lógico de esperar) el gasto, que en definitiva
y como no podría ser menos, repercutió en la economía
familiar. Don
Antonio: debe usted saber que, las historias sobre las
vidas de los drogadictos, se repiten una y otra vez;
cambian si acaso en ligeros matices. Estoy
convencido de que los acontecimientos que relato y
que sucedieron en mi vida y en la de mi ex,
sucedieron igual o de muy parecida forma, en la vida de
fulano y su mujer. Llegados a
este punto se nos presentan delante nuestro, varios
caminos, puesto que el dinero no alcanza para el
vicio, pues... ¿Haber de donde lo sacamos?.
Algunos se desmarcan y marchan claramente hacia el
delito; sus vidas caen en esa conocida
espiral de... delito-prisión,
prisión-delito. Otros, entre los cuales me encuentro (o
encontré) reservamos el delito para más adelante,
puesto que se ponen a funcionar, todas tus capacidades;
el objetivo de todo ello ya sabemos que es el conseguir
dinero, dinero para mantener lo que ya se ha convertido
en un vicio; éste dejará también pronto de serlo y
pasará a transformarse en una necesidad apremiante,
puesto que una vez creada esta, nuestra vida cambia y la
dependencia ineludible de la droga que tu organismo
necesita vitalmente. Esa necesidad de
ponerte(en el argot, drogarse-colocarse) se
antepone a todo, puesto que como ya le dije, al cabo de
equis horas de abstinencia... empieza
el mono.
En aquella época, me esforcé al máximo, trabajando; en
aquel momento trabajaba en un barco de pesca; realicé
trabajos que otros eludían o no querían, con el único
fin de ganar más; luego pasada esa capacidad de
conseguir el dinero con tu propio esfuerzo y trabajo...
comienzas a maquinar mentiras, con las que
conseguir dinero de los familiares, puesto que ya el
intelecto trabaja a destajo y con un único fin; inventas
averías en el automóvil, pagos ficticios de seguros,
etc. Los préstamos familiares se sucedían de continuo;
mi compañera incrédula y alucinada, pero siempre
apoyándome, incluso mintiendo por mi, así era el amor
que me tenía... yo por el contrario la convencía con
falsas promesas, yo me controlo, yo no
me dejaré atrapar (le decía)... cuando la
realidad era el que ya estaba atrapado; luego más
mentiras, y más... y aún más. Ya todo mi mundo era
como una gran mentira. Para colmo y a medida de que el
tiempo pasaba, necesitaba, no ya todos los días, sino
que el cuerpo creando tolerancia, me pedía dosis mayores
y así... cada vez más.
Así llegó el momento extremo o definitivo, en el que ya
no me ponía para disfrutar de el
coloque; me tenía que poner para
intentar ser yo mismo, puesto que ya también, el
carácter, estaba controlado por la droga... si no me
ponía droga, malas caras y todo me molestaba, no comía,
no era yo en toda la extensión de esa palabra... en
cuanto me ponía la dosis necesaria, ya
podía dialogar con mi esposa, hacer lo que me pidiesen,
etc... todo era de color de rosas; hacía planes, sobre
cómo dejaría de pincharme y de cómo
viviríamos una vida conyugal normal y feliz; pero a la
mañana siguiente, despertabas a la realidad y ésta era
cruda, puesto que tenías que pincharte de
nuevo, si querías funcionar; puesto que de no hacerlo ya
sabíamos las consecuencias; se te echaba encima el
mono y entonces ya ni te podías mover; aunque para
ser sincero de verdad, le diré don Antonio, que por muy
mal que estuvieras, si creías que caminando diez
kilómetros, conseguirías una dosis, lo hacías de
inmediato; ya estuvieses o te sintieses malo o enfermo...
eras capaz de arrojarte por donde fuese para llegar
antes... cagándote por las patas abajo
(incluso) caminabas esos diez kilómetros en busca de tu
obsesión.
Debido a todo ello, enseguida me di cuenta de que el
trabajo no podía proporcionarme los ingresos que yo
necesitaba. A la familia nunca la quise robar y el
pedirles, ya como abuso, tenía y tuvo el límite
lógico. Por otra parte, robar en un pueblo tan pequeño
como en el que yo habitaba, era como colocarte un cartel
para toda una vida; ello unido a que el número de
consumidores crecía. Precisamente ello mismo me mostró
el camino a seguir... me puse a vender droga;
yo, siempre (reitero) fui muy atrevido y esta vez
también. Con éstas ventas, conseguí algunas docenas de
miles de pesetas y me lancé directamente al tráfico de
drogas. Conseguí mis proveedores en la capital y el
negocio subió como la espuma; el dinero se multiplicaba
solo; en el pueblo sólo vendía yo, a mi recurrieron
todos y cuantos ya consumían... y venían a comprar no
sólo los del pueblos, sino igualmente de pueblos
colindantes; mi vida era un continuo ir y venir; tenía
que ir a comprar recorriendo los cien kilómetros que me
separaban de la capital (Oviedo) que en realidad, eran un
simple paseo. Dejé la mary opté por
trasladarme con la esposa, a la propia capital, dejando
en el pueblo un delegado, al que suministraba
mercancía cada dos días.
La razón de éste traslado fue la siguiente: Finalizado
el verano y con él, el anonimato que proporcionaban los
cerca de cien mil forasteros que se calcula iban a
veranear, ya el pueblo no resultaba apropiado, para que
no se detectaran mis quehaceres, o por lo
menos, así lo creí yo, pues siempre he intentado ser
precavido y cuando ya no lo conseguí, fue por que ya mi
estado... no me permitía ni tan siquiera razonar.[1].
De nuevo, otro par de años se fueron entre estas
actividades; los problemas en la casa, parecieron
desaparecer y una vez que dejé de causar en ella,
problemas económicos, puesto que éstos, eran el punto
de referencia que tenía mi esposa, para comprender que
se me escapaban de las manos mis asuntos (dependencia) de
las drogas; puesto que cubierta mi necesidad diaria, a
expensas de mi tráfico en ella, todo marchaba de
maravilla, pero terriblemente... algo
avanzaba a más velocidad de la que yo pudo
siquiera intuir, puesto que... mi adicción crecía y en
cuanto a cantidad, cuando estaba en el pueblo, consumía
la mitad de un cuarto de gramo al día, al cabo de dos
años ya consumía el gramo entero por día, pero
insisto... al salirme gratis por mis manejos en el
tráfico de drogas, todo marchaba bien (al menos eso
pensaba yo entonces) yo me pinchaba[2] en el baño y
mi esposa no sabía ni cuando ni cuanto; si por supuesto
sabía lo que hacía. Tan bien salían mis cosas, que el
dinero incluso me aumentaba fácilmente y a pesar de mi
consumo, todos los viernes de cada semana, compraba
noventa gramos de heroína y éstos eran vendidos en los
seis días siguientes; el dinero aumentaba en mi mesilla
de noche... al primer millón, le sucedió otro y aún
otro más. Cuando abría el cajón para meter el dinero,
aquellos grandes billetes de a mil[3],
reblincaban hacia fuera del cajoncito; así
para poder cerrarlo de nuevo, tenía que aplastarlos o
asentarlos con una mano, al tanto que con la otra
cerraba. Estos momentos, fueron los mejores
(económicamente hablando) y que en el argot decimos o
denominamos los del gremio, como estar...
poderoso.
Tenía cuanto entonces quería, amaba a mi mujer, me
drogaba cuanto deseaba y disponía de dinero... comprenda
usted, que en aquellas circunstancias, aquello era para
mi lo máximo que podía desear, tal era mi insensatez
debida a mi inexperiencia en la vida real y a la que se
tiene que enfrentar, irremisiblemente... cualquier ser
humano. Como
todo era, una camino de rosas, mi proveedor,
cada viernes, después de hacerle mi compra y el pago
correspondiente, me lanzaba por lo aires, mientras se
reía... una bolita de cinco gramos, de una nueva droga;
nueva para nosotros en aquellos tiempos. Era cocaína...
y yo, feliz y contento, me largaba para casa a la mayor
velocidad posible, para poder ponérmela de
inmediato[4] y gozar de
unos nuevos placeres desconocidos hasta
entonces. He de decir que en aquel tiempo ni sabíamos
como tomarla y por tanto, procedíamos como con la
heroína y nos la pinchábamos. ¡MADRE DE
DIOS! Aquello era una bomba... así y en
cuestión de unos seis meses, tenía ya un
enganche a las dos drogas... enganche tan
grande como un caballo.
Y qué curioso, el proveedor, ya no me
lanzaba la acostumbrada bolita, tenía que
comprársela... pero ya entonces yo lo primero que
quería era cocaína y después... compraba la habitual
heroína.... ocurrió entonces que, el cajón de la
mesita (donde guardaba el dinero) empezó a
bajar o mermar. De ahí a quedar vacía del todo,
ya sólo fue cuestión de tiempo... de muy poco tiempo,
por cierto.
Así y de nuevo, volvieron los problemas ya anteriormente
relatados y los mismos fueron aún mas graves;
definitivamente, mi esposa comprendió, que aquel asunto
de las drogas, ya estaba fuera de control.
La heroína (caballo-polvo-jaco, en el argot)
es una droga que te obliga forzándote; ahora bien, una
vez que te la has puesto te deja tranquilo,
al menos mientras duren sus efectos, que ya sabemos son
de horas. Sin embargo, la cocaína, te hace conducir de
diferente manera, puesto que es la más viciosa
de las drogas. Nunca tienes bastante, siempre
quieres tomar más, hasta que acabas con
cuanta mercancía posees. Chicos[5] que venían de
la mar, con doscientas o trescientas mil
pesetas en el bolsillo (de las de entonces: año
1987), se detenían para tomar un poco de
coca antes de llevar su dinero a casa; su
idea era en principio, tomar una dosis de un gramo, por
la que pagaban veinte mil pesetas... así empezaban y al
cabo de varias horas, ya estaban sin dinero para tabaco;
el incontenible deseo de más coca no se va
del tarro (cabeza) hasta que te has quedado
sin dinero; incluso muchos, se lanzaban en ese increíble
estado de ansiedad... a la calle, robarán lo que se les
ponga por delante y aún no siendo de carácter violento,
en esos momentos terribles, podrán hacer alarde de una
violencia incontrolable y en mayoría de casos,
totalmente gratuita.[6]
La coca (cocaína) crea dependencia pero a
largo (muy largo) plazo si se compara con la heroína,
por ello no se ve el peligro al iniciarse en
ella, pero hoy, ya entrados en el nuevo milenio,
la coca es la reina de las drogas y la que es
utilizada por muchos que no tienen... esa aureola
de marginalidad, que rodea a la heroína, es en
definitiva, la que pudiéramos considerar como la
droga de moda, auspiciado su consumo en las fiestas
que da la jet-set... por ello la
declaro y en voz alta, como la más peligrosa droga
jamás conocida... yo le cogí pánico, a Dios
gracias, puesto que desde que me hundió, en todos los
aspectos y en pocos meses, en la época relatada y en que
trafiqué en las drogas (1987) tomé conciencia de lo
peligrosísima que era.
A pesar de todo, seguí muchos años en éste
mundo de mierda, pero desde entonces, nunca quise
más tratos con la coca, aunque debo
confesar, que es la que más me gustó;
puesto que la sensación que sientes, cuando te
sube la coca, es algo así... te sientes
explotar, literalmente... la terrible emoción que
sientes, no te permite respirar y pareciera por momentos
cómo si la vida se te escapara de las manos,
pero no sientes dolor o pena, al contrario, más bien un
increíble gozo. En mis tiempos de consumo,
irreverentemente llegaba a decir, que, sentía...
haber subido al cielo y estado en la presencia de
Dios; quería con ello, explicar o intentar
explicarlo, a quien no la había experimentado, tan gran
sensación.[7]
Debo añadir, para acabar con esta tristísima
apología de algo terrible y que lamento el haber
experimentado... y para acabar con ello, que al decir de
cuantas personas conozco y que la han probado, nada se le
puede igualar... ni el mejor plato, ni la mejor bebida,
ni tan siquiera... el mejor de nuestros actos sexuales,
se le puede comparar... y de ahí radica su tremenda
peligrosidad, y recuerdo unas estrofas de una canción
que afirma... es un diablo vestido de ángel
y sólo se referían a la heroína, pues la
coca es mucho peor[8]
pero he creído oportuno insertar esta frase como muy
significativa.
El consumo de la heroína y cuando esto escribo, se
ha estancado, mientras que por el contrario, la
coca, parece ser cada día, más y más
consumida... y vuelvo a decir (insistiendo en ello) que,
no siente el rechazo de la sociedad, la que debiera y
dado su peligrosidad, ser tenida mucho más en cuenta,
que la heroína y por cuanto he dicho... el futuro de
muchos cocainómanos, será terrible y lo
iremos viendo en el transcurrir del tiempo.[9]
Don Antonio: dejo este tema ya, puesto que considero el
que estoy dando muchas vueltas a la misma
cosa, pero lo hago con el buen fin, de que mis
terribles experiencias, sirvan a otros para que no caigan
en los infiernos en que yo caí. Y usted ya
ha captado mi sentir.
Como anécdota final, decir el que, ésta
lindeza que tanto destruye y que la dieron en
llamar coca, a principios del siglo XX (es
por tanto centenaria), se vendía libremente por gramos,
a peseta el gramo, en las farmacias y sin ningún tipo de
impedimentos, en las primeras décadas del siglo
pasado... y a lo que ha llegado a ser y representar como
gran plaga, en el final de dicho siglo y principios de
éste.
Para ir terminado con éste quinto relato, quisiera
retomar el mismo en, en el momento en que de nuevo,
reaparecen los problemas en mi matrimonio. Le he dicho,
cuan grande era el enganche que tenía
a las drogas, cómo el dinero ganado ilícitamente se
esfumó en tan poco tiempo; y como mi esposa, comprendió
la gravedad del mundo en que yo ya vivía.
La primera reacción que tuve al sentirme tan dependiente
de las drogas, fue la de tomar medidas, puesto que yo era
consciente del enorme problema que ya tenía sobre mi.
Llamé a uno de los denominados teléfonos de la
esperanza, puesto que era consciente de que yo
sólo no podría afrontar el problema, pero el
planteamiento de quien me atendió, no me resultó
aceptable, puesto que pretendía mi ingreso en uno de
aquellos primeros centros de rehabilitación, que
empezaban a surgir debido a la extensión del problema de
las drogas y sus adictos. No quise aceptar ello, alegando
el que mi esposa ya se encontraba embarazada y yo no
quería dejarla sola... así dejé pasar aquella primera
oportunidad, que fue... hace unos doce años y medio.
Mientras yo intentaba decidir el cómo salir de
aquella situación, los días se sucedían y es claro que
tenía que continuar con mi dosis diaria de
heroína, puesto que la coca, no me
quedó más remedio que dejarla, una vez que
ella acabó con todo mi dinero... no me fue
difícil, para qué decir lo contrario... dejé de
comprarla y punto; ojalá que con la heroína hubiese
hecho igual, pero no pude. Recuerde que he
dicho, que la heroína engancha en un periodo
de un año y que la coca por el contrario,
necesita varios años para llegar a su adicción.
Debo decir, que durante los seis meses en que empleé
la coca, mi consumo de heroína subió
vertiginosamente, puesto que diariamente me
pinchaba cuatro veces con coca, pero
entre vez y vez tenía que ponerme una dosis de heroína.
El fin de éste proceder es el que la aceleración que
tienes (o sufres) producida por la coca, baje
por medio de los efectos sedantes de la heroína y así,
poder de nuevo comenzar con una nueva dosis de
coca... MUY IMPORTANTE: se me olvidó
relatar, el que aquellos efectos que la coca,
considerados tan maravillosos y sublimes, tan
sólo duran de dos a cuatro minutos, después lo que
permaneces durante bastante tiempo, es la aceleración ya
citada, unida a una ansiedad difícil de soportar...
de ahí nuestro empeño de sedar esa ansiedad, antes de
volver a incrementarla con una nueva dosis. Mi
explicación puede resultar enrevesada, pero tengo la
confianza y fe, que tanto usted cómo quien pudiera leer
éstas líneas, lo entenderá con la suficiente claridad
que pretendo, para evitar a otros, lo que yo sufrí.
Continuo.
Al cabo de un tiempo (algunos meses) y dejada ya
la coca, me encuentro con que la dosis de un
gramo (heroína) que me estaba poniendo cada día, se
había doblado y debido a la práctica antes referida.
Dos gramos de heroína en aquella época, a mi me
costaban a diecinueve mil pesetas el gramo, o sea que
necesitaba para mí y a diario... treinta y ocho mil
pesetas y ello al precio de costo, puesto que en la
calle, era vendida (por mi incluso) a veintidós mil
pesetas el gramo[10]; o sea, que
yo ganaba cuatro mil pesetas por gramo
vendido. Por todo ello, ya mis cuentas no salían
tan claras, cómo cuando mis necesidades de droga
eran de sólo un gramo al día y debido a ello, mis
ganancias... ya no podían costear mi vicio... pero
mi cabeza (embotada) no paraba, buscando
soluciones para aquel problema que incluso aumentaría
con el tiempo. Las soluciones todas eran peligrosas,
puesto que había que optar, por el robo, engaño,
extorsión... y opté por la tan recurrida por otros como
yo y en ocasiones... que en realidad eran dos opciones...
una: engañar a mi proveedor hasta que la cosa
explotase[11] ó bien,
manipulaba la heroína que vendía,
engañando así a quienes me la compraban a mi[12].
En primer lugar puse en práctica la segunda opción, sin
respeto por las vida ajenas, yo aumentaba de peso los
gramos, con cualquier cosa que tuviese a mano
y sin medir las consecuencias, mezclaba a la droga,
polvos de talco, medicinas machacadas y reducidas a
polvo... y todo cuanto admitiera sin que ello fuese
notado por quienes no tenían medios de verificar lo que
compraban. Así de noventa gramos de compra, yo obtenía
ciento veinte.
Doy gracias a Dios... si me lo permite... por no haber
causado ninguna muerte con tan incalificable proceder,
del que como de tantas otras cosas... estoy profundamente
arrepentido.
Así, con trampas y más trampas, el
tiempo continuaba su transcurso y lo que yo creía
aplicar como soluciones, no eran otra cosa que...
el llenar y llenar, cada vez más el recipiente que
era mi cuerpo... así llegó el punto y se me
cerró, la puerta de la manipulación, puesto
que tanto el peso como la calidad fue
denotado y la gente, por tonta que sea, no se deja
engañar de continuo; por ello tuve que cambiar de
sistema y traté de engañar al proveedor.
Fui al encuentro del mismo (en el bolsillo llevaba una
navaja) dispuesto a engañarlo hasta que como antes dije,
la cosa reventara; conseguí ello y llegué a
endeudarme con él en la cantidad de novecientas mil
pesetas... allí se cortó mi crédito; fui
amenazado varias veces, pero en aquellos días de
desesperación, yo no tenía miedo de absolutamente
nadie... a mi mismo me decía... le has comprado muchos
millones de pesetas en estos años, él ha ganado mucho
con tigo... además, ese hijo de puta fue el que me
enganchó en la coca, en base a maneras perversas.
Así me lograba sentir con mi conciencia tranquila, hacia
el traficante. Debo decir, que respecto a este asunto,
nunca más lo volví a ver, me envió algunas
amenazas, pero pasé de todo, estando dispuesto a
afrontar lo que sucediese, afortunadamente no
sucedió nada grave.
Cambió la situación, o mejor dicho... cambió mi
situación y de tal forma, que al verme sin mis recursos
fáciles, agobié de nuevo la economía de la
casa... y qué tristeza, el que dos personas unidas en
matrimonio, trabajen duramente y sin verse apenas, para
lograr, tan solo... poder quitarme el mono,
para poder volver a trabajar.
No creo necesario puntualizar, dejo la imaginación de
usted y quien esto lea, para imaginar lo trágico y
patético de una situación que sólo conocemos bien, los
que la hemos pasado y los seres que han estado junto a
nosotros en esas circunstancias (terribles por demás y
de padecimientos) donde ya la impotencia, me obligó a
recurrir a la asistencia sanitaria en busca de una ayuda
que ya me era vital.
Lo primero que me detectaron fue una hepatitis grave, de
inmediato causé baja laboral. La droga no conseguí
dejarla, pero si y con la ayuda de unas medicinas en
forma de pastillas o comprimidos... conseguí rebajar las
dosis al mínimo... de cualquier forma, seguía siendo un
drogadicto, pero ya leve al menos para el
bolsillo, puesto que con dos mil pesetas diarias, tenía
suficiente para pasar el día. Así logramos distender un
poco, la presión económica (que por mi culpa) veníamos
sufriendo en casa.
Ya, entonces, mi esposa había dado a luz a mi hija, pero
para mi estaba en prioridad el ponerme
aquella (entonces) pequeña dosis de heroína... que
cualquier otra obligación del tipo que fuere. Terrible
(lo reconozco hoy) pero cierto.
Comprenderá usted, que el desaliento y desilusión se
apoderaran de mi esposa; soportó todo cuanto pudo, e
incluso... más, me consta que así lo hizo. Hoy visto
por mi y en la lejanía del tiempo, entiendo
lo que ocurriera después, puesto que todo tiene un
límite.
El día en que estando en la clínica, hospitalizada para
dar a luz, yo la tranquilizaba en espera del parto; y...
le prometía (incluso)... el que nunca más me
volvería a pinchar; se lo juraba por
la aún no nacida criatura que esperábamos como padres;
pero nada más lejos de la realidad, puesto que en cuanto
pude escaparme de aquella obligación de padre... lo
primero que busqué e hice, fue encontrar la heroína
e inyectarme la dosis precisa y necesaria para mi. Las
palabras dichas por un adicto, desaparecen tan pronto
como se pronuncian; conviene no olvidar ello, puesto que
es una verdad indiscutible.
Felizmente nacida ya nuestra hija, llegó el momento
del bautizo y tal día aconteció el que había en la
iglesia, cinco bautizos, por tanto era ceremonia
múltiple y por lo que nos reunimos en el
acto, familias y amigos en cantidad notable para una
comunidad como la nuestra. Pues... aún en esas
circunstancias especiales en grado sumo, tuvieron que
esperarme una media hora... además, cuando llegué
(desesperado)... tuve que ir al baño de la
sacristía donde me inyecté la dosis de heroína: se
creyó por parte de la gente reunida en aquel templo, el
que yo me encontraba enfermo. Me puse tan
nervioso en aquel W.C. parroquial, que no acertaba a
encontrarme una vena, tuve que pinchar múltiples veces
sin conseguir mi objetivo, llegó a entrar sangre en la
jeringuilla, que es lo que más tememos los drogadictos,
puesto que si se llega a coagular es ya imposible que
pase la droga a través de la aguja obstruida ya por la
coagulación citada... como si fuera un
castigo... ello es lo que ocurrió.
Lloré lágrimas de dolor, de pena, de
impotencia y rabia, puesto que imagine lo que es
tener el mono en medio de la ceremonia del
bautismo de mi primera y única hija y además perder la
dosis... algo como para morirse.
Como pude me rehice con la rapidez que las
circunstancias me permitieron y desesperadamente y
como pude me bebí el contenido de la jeringuilla
mezclado con mi propia sangre. Sabía que ese
producto no era ni parecido a lo que yo necesitaba,
pero igualmente sabía que estando el mismo dentro de mi
cuerpo... tarde o temprano, sus efectos llegarían a mi
cerebro.
Así ocurrió, pero tuvieron que transcurrir, casi tres
larguísimas horas y ello sirvió para que a duras penas,
pudiese aguantar aquella ceremonia y la posterior comida
familiar que celebramos.
Cuando, por fin... todo acabó, corrí con mi
automóvil, de tal forma que pareciera que me
perseguía el diablo y es claro que mi destino
inmediato, era buscar la dosis que necesitaba mi cuerpo
de aquella maldita droga, puesto que cuando
estás con el mono y te inyectas la misma, te
entra por el cuerpo una especie de calorcito y
bienestar que te reconforta totalmente, por el
bienestar que percibes, aún cuando ello sepas que es
sólo transitorio... ¡Maldita droga![13]
Reconozco con pesar y tristeza, el que cualquier esposa,
que tenga que pasar por situaciones como las que yo
provoqué ante la mía... diciendo igualmente que las hay
mucho peores y no lo digo en mi descargo... digo
y reitero, el que... éstas mujeres, tenían que ser
de piedra para seguir aguantando lo ya
inaguantable, por ello y en mi caso... mi mujer, poco a
poco para lo que yo ya merecía (igual hicieron, hacen y
harán otras)... dejó de quererme y desde ese momento a
la ruptura total y es sólo cuestión de tiempo.
24-1-01
(firma y rúbrica) AL PIE, VIENE MANUSCRITO LO
SIGUIENTE:
Pedirle perdón por la ortografía Me hice con un
curso de mecanografía; iré mejorando con la práctica. RESPUESTA: Jaén: 23 de Febrero de 2001 Señor Rodríguez Tirador Estimado amigo:
Inicio hoy este escrito, puesto que hasta
ayer no pude ultimar el transcribir su carta del 26 del
pasado enero y anexos a la misma; todo lo cual paso a
responder y comentar con usted; supongo habrá recibido
mi anterior carta, a la que espero respuesta.
Observo su entusiasmo por ir dominando a lo que denomina
como gran piña (ordenador) y en lo que el tiempo
vuela y no lo nota; todo ello es bueno en principio, pero
tenga presente que está ... Ante lo que ya se ha
demostrado, puede llegar a ser, otra nueva droga[14] y
usted precisamente ya es un experto en ello...
¿Qué, qué quiero decir con ello?, pues muy sencillo.
Que ésta es simplemente una nueva herramienta para la
formación del ser humano, pero si se deja subyugar por
ella, puede ser todo lo contrario y por cuanto hay mucha
broza y basura dentro de ésta
inmensidad y hay que saber, donde entra
uno, como entra, con quien comparte escritos o
diálogos... etc. y al mismo tiempo saber del
dinero con que cuenta uno, para éste
juguete; por tanto medite y luego haga lo que crea
oportuno. Yo, dedico algún tiempo e incluso mando
escritos y contesto a algunos otros, en varios debates
donde participo, pero lo hago con cuidado y sin
encelarme mucho, puesto que es claro, que
necesito tiempo para pensar, leer y otras actividades que
son mucho más precisas que... hipnotizarse en el
Internet.
Llegado
el momento y si se conecta, ya le diré las páginas que
frecuento con cierta asiduidad y que en la actualidad no
llegan ni a diez. Lo mismo ocurre con el denominado
correo electrónico, el que no dudo de su
valía y rapidez, pero también hay que emplearlo
inteligentemente y en intercambios con personas
inteligentes o que necesiten una determinada ayuda. Cuando
entre en ello, ya verá el tipo de elementos
que suelen escribir y lo que escriben... en resumidas
cuentas, que como en todo... hay que seleccionar lo
verdaderamente interesante y con arreglo a la capacidad
que uno tiene en todos los sentidos que significa esa
palabra... CAPACIDAD, lo que no quiere decir... sentir
desprecio por nadie, en absoluto.
El siguiente párrafo de su carta, se refiere a sus
relatos y me confirma cuanto le indiqué...
despacio, meditación y hacerlos noblemente y
bien. El que me ha enviado y que numera como
quinto (5º) me parece bueno y muy interesante, como lo
fueron los anteriores; de ahí mi trabajo en recopilarlo
bien e incluso, ir insertando notas a pie de página, con
cuanto me sugiere su lectura; todo ello y es claro que,
buscando el enriquecer los textos al máximo y en una
colaboración mutua y en el mejor de los sentidos, para
orientar a quienes nos lean, pues debe quedar
todo de una claridad meridiana, para que el más
tonto vea que es un libro hecho entre dos personas
y con toda la buena voluntad de que son poseedoras.
Usted mismo me confirma lo que le digo antes sobre
la ordenadomanía, con sus palabras
siguientes... Lo que si me faltan son horas
para trabajar, para leer, tendré que organizar mi
vida... Es claro, amigo Francisco Javier,
un día tiene veinticuatro hermosas horas y el saber
distribuirlas con equidad, resulta de maravilla y más
para usted que... ha empezado a vivir una nueva
vida y según usted mismo me ha confesado, cosa que
yo celebro infinito; por ello... dosifique su tiempo,
haga incluso un calendario de trabajo y cúmplalo; usted
necesita más autodisciplina que otros y usted ha de ser
su más severo jefe; hay tiempo para todo,
por ello dedique tiempo a meditar, a pensar por usted
mismo, a ver realmente las maravillas que le rodean y
como usted y en ello, yo lo estimo como un gran
afortunado... HA VUELTO DE LOS
INFIERNOS: esas terribles experiencias le
servirán ahora y ya mientras viva, para gozar de una
vida que nunca soñó, simplemente procurando estar en
equilibrio con usted mismo y su yo interior, creo
sinceramente que no necesita más; pero eso sí... no
olvide el que puede ayudar a mucha gente, si se lo
propone, con la maestría que adquirió en ese horrible
pasado y el que ya, no le debe pesar... si llega en
algún momento a estar triste, no dude en orar con todas
las fuerzas de su alma... alguien siempre bueno y
superior a nosotros, le oirá, aunque no venga a
mostrarse y decírnoslo personalmente... pero algo
notará usted, cuando haga lo que le digo y como se lo
digo. Y nó, no creerá que yo soy sacerdote de nada, yo
soy como usted, pero en otro sentido... un hombre
con bastante experiencia y ya con mis ambiciones
materiales, creo que totalmente domadas. Usted
también me está ayudando a mi, abriéndome su interior
y diciéndome sus experiencias.
Su corto relato sobre la visita de su hermana, cuñado y
sobrino, demuestran cuanto yo le digo... ya ha
empezado a recibir recompensas y espero que antes
de que muera, recibirá muchas más y de múltiples
variedades; tenga confianza en usted mismo y luche
noblemente por recuperar ese tiempo perdido... que
puede que no lo sea...¿Quién sabe los designios
de Dios?.
Me dice (reiterándolo) que el Libro de los
espíritus (Allan Kardec), le tiene subyugado y me
muestra sus impresiones; bien, pero aún en ese
sentido, ha de auto dominarse y leer despacio y
meditar... sobre todo ir despacio... muy despacio,
adquirir las enseñanzas y aceptar lo que usted crea
oportuno; yo lo leo con cierta frecuencia y han pasado ya
más de treinta años, cuando lo leí por primera vez y
aún mi alma duda... por tanto no pretenda plantearme a
mi cosas, que yo no tengo capacidad para resolverlas (soy
como usted de carne y hueso). No quiere decir
lo que antecede nada que no entienda usted, el libro lo
dice todo, pero tenga presente que ese todo es
simplemente... no hagas a nada vivo lo que no
quieres que a ti te hagan... ayuda como a ti te gustaría
ser ayudado cuando lo necesites... es sencillo de
entender y vale para todo lo humano y creo que para...
lo divino; después, si es verdad que hay
otras vidas, en ellas nos veremos... yo la
verdad, creo que sí... que hay algo más, mucho más,
pero que no tenemos capacidad ni para imaginarnos
una micra de todo lo que hay después de la
muerte... sólo esa fe y confianza en La Creación ó
El Creador, debe sernos más que suficiente,
para llegar a ello, simplemente, hay que procurar tener
el máximo autodominio en todo, excesos en nada... creo
que queda suficientemente claro. No olvide nunca que es
más valiente el que se contiene, que el que se
lanza.
Considero que con cuanto antecede, correspondo a sus
escritos referidos y le estimulo a proseguir con cuanto
tenga que relatar... yo aguardo con interés sus
escritos.
Cuando tenga el correo electrónico, escríbame algo a
través del mismo; el mío es la clave siguiente: elinga@ofijaen.com
(tal cual y sin acentos, que no los admite el sistema:
tampoco el subrayado) así, cuando yo envíe artículos a
la prensa, le haré siempre seguir una copia y de esta
forma, los puede usted leer y a través de ellos irá
conociendo mi pensamiento. Por cierto que no me ha
enviado los datos de éstos correos y que le
pedí de los periódicos de Canarias, al menos los
principales.
En la editorial NA, que es la que publica la
revista donde apareció su carta y por la cual nos
pusimos en contacto (Revista Esfinge) tienen un libro muy
interesante y de tres sabios clásicos (Marco Aurelio,
Séneca y Epíteto) su título, es LOS
ESTÓICOS, el precio, alrededor de mil pesetas;
cómprelo cuando pueda y empiece a leerlos, con suma
lentitud y meditando todo cuanto contiene y que es
inmenso; es otro de los libros que siempre
tengo a mano y que pese a tener contenidos de hace dos
mil años, muchos de ellos son frescos y como
escritos hoy mismo... Lea igualmente, El
Sermón del Monte, de La Biblia (cristiana o
católica) contiene la verdadera enseñanza de Cristo:
sin añadidos. Pero repito y reitero, todo
despacio... muy despacio y analizando a fondo el
contenido pues con los textos que le he recomendado,
tiene lectura si mil años viviera, simplemente leyendo y
releyendo.
Observo en sus relatos que cuando habla de drogas y
drogadictos, sólo aparecen hombres... ¿No había
mujeres que se drogaban y si las había, cómo era su
vida?. Es interesante ello, pues sabido es que en la
droga hay también muchas mujeres
enganchadas. Creo recordar (no se si ya lo ha
tratado o lo hemos comentado) que usted tuvo un intento
de corte de sus venas (suicidio)... relate
todo cuanto ello supuso y si fue así (tristemente no es
el primer caso). Igualmente debe relatar si aquellas
primeras entradas en las primeras drogas, era
motivado por... conseguir mayores excitaciones en los
actos sexuales y en definitiva, la relación entre
drogas-sexo, si la hubo, la hay, la posible
impotencia resultante, etc.
Me habló de un negocio de hostelería, vea
si el relatar su inicio y fin, es interesante. Igualmente
cómo conoció a la que luego fue su mujer, etc.
MIS EXPERIENCIAS EN LAS DROGAS: Quiero corresponderle
sobre ello y decirle que son nulas, salvo dos borracheras
en toda mi vida; una fui emborrachado siendo muy niño,
en una boda familiar, y por gracias de los
mayores (solían hacerlo algunos ignorantes, por
cuanto el niño con una copita es más
gracioso); la siguiente fue en la mili
y por algo terrible para mi, lo que ya queda relatado en
mi libro: 1939-1963 25 Años de lucha en
España. Qué duda cabe que siempre me
interesó el tema de las drogas (digo algo sobre el
hachís y relativo a mi estancia en el ejército y está
anotado en estos relatos que comparto con usted) y a
través de la literatura era consciente de los estragos
del opio y la heroína, de ahí el que cuando hace ya
más de veinte años, mis hijos (dos hembras y un varón)
llegaban a esa edad peligrosa y que va de la
niñez a la pubertad; yo recortaba de la prensa, todas
cuantas noticias caían en mis manos, sobre los estragos
de la droga y se las hacía leer; lo mismo hicimos (mi
esposa y yo) en lo relativo al sexo, y ante ambos,
entablábamos conversación cariñosa entre padres e
hijos, cuando ya notábamos que la niñez
empezaba a dar paso a la madurez sexual... al
menos intentamos el que no pudieran nunca decirnos,
que... no sabían nada... y una vez
convencidos de que eran conscientes, tanto de lo que eran
las drogas (incluido el alcohol, entonces no considerado
como tal), como el mal uso del sexo, quedamos mas
tranquilos. En ambos temas, no tuvimos problema alguno y
felizmente casaron los tres y hoy tienen hijos, (tenemos
cinco nietos y uno más, próximo a nacer) lo que no
quiere decir el que nuestros hijos fuesen especiales,
pero eso sí... fueron informados convenientemente y en
su tiempo, sin amenazas ni coacciones de ninguna clase,
simplemente y con todo cariño les dijimos... Hijos...
entráis en unas etapas que quizá no conocéis...
¿sabéis de esto... sabéis de lo otro?... de cualquier
forma, sabed que contáis con nosotros, pero por lo que
más queráis... no provoquéis ciertos problemas a
vosotros mismos y a vuestros padres... que bastante
tienen con los que son inherentes a unos progenitores que
lo que quieren es la mejor de las formaciones para
vosotros . Reitero... acertamos, al menos,
como para hoy mostrar nuestra satisfacción por aquellas
decisiones, que no eran fáciles y por causas fáciles de
entender. En cuanto a mi personalmente (y aunque no me
considere puro... ni mucho menos)... me
remito a lo ya relatado sobre el hachís y mi encuentro
con la droga en el servicio militar... después ni yo he
buscado drogas ni nadie se ha atrevido a
presentármelas... simplemente me hubiera
reído de él (o ella)... en el mejor de los casos
simplemente habría sonreído con piedad.
No me extiendo más por hoy, aguardo sus respuestas y le
reitero mi ánimo para que prosiga en esa formación que
ha empezado y que debe llegar al máximo, puesto que
intuyo el que aún le quedan largos años de vida y ella
vaticino el que va a ser interesante.
Un abrazo de su amigo
(firma y rúbrica) [1] Curiosa actitud precautoria, cuando en tantas otras ocasiones, brilla por su ausencia en los relatos que vamos recogiendo, ya que es claro y meridiano, que no hubiese ocurrido lo que ocurrió, si esa precaución hubiese sido empleada en tantas y tantas ocasiones, donde la imprudencia y la temeridad son notorias. [2] Pinchar, es sinónimo de inyectar, por tanto se inyectaba la droga en el riego sanguíneo. [3] Hay que notar el que aquellos billetes grandes (valor mil pesetas) hoy no existen, fueron después sustituidos por otros más pequeños, incluso fueron puestos en circulación billetes de cinco mil y diez mil pesetas, pero aquellos billetes, eran considerados como grandes en la voz del pueblo, que les dedicó una canción; igualmente y en un argot monetario, eran denominados como sábanas por su gran tamaño. Posteriormente fue introducido el euro (moneda para toda la CEE) y aquellos billetes y monedas para la peseta española, hoy son piezas de museo o de coleccionistas. [4] En la actitud de éste vendedor al por mayor, se puede denotar la perversidad humana, puesto que empezaba regalando una droga, que él sabía que posteriormente cobraría a peso de oro, cosa que los imbéciles aceptaban, en principio, como una dádiva generosa por demás y quizá como un premio, por las ventas que periódicamente les hacían. [5] Se refiere a hombres hechos y derechos, puesto que se entiende el que son pescadores de altura y los que ya sabemos, las fatigas que pasan en ese arduo trabajo cual es la pesca en alta mar. [6] Resulta espeluznante, el saber de éstas situaciones y para quienes permanecemos ajenos a ello, cuesta creer el que personas adultas y bregadas en el trabajo, sacrificio y privaciones... lleguen a esos estados de semi-animalidad (con perdón para los animales) o más bien, de piltrafas humanas, puesto que aún siendo incomprensible, los periódicos nos dan noticias de lo que son capaces de realizar, estos pobres y desgraciados seres, cuando les falta la droga... algunos no se detienen, ni ante un asesinato. Terrible...? [7] Vuelve
el asombro a quien piensa y medita y cuesta creer, tal
cúmulo de barbaridades, las que indudablemente
vividas, por estos seres desgraciados, sirvieron
y sirven... para que nuevos incautos, entren en el
terrible mundo de las drogas y cuyos desenlaces, son
terribles, la mayoría de veces. Es inaudito lo que el
ser humano es capaz de hacer, cuando su personalidad
cambia tan trágicamente. [8] Nuestro relator pone dicha canción en boca de Los Chunguitos. [9] Cuando
escribo (20-2-2001) aparece en la prensa, el que, cerca
de las Islas Canarias, han detenido un barco que
transportaba no se cuantas toneladas de cocaína
pura; la que insensatamente ( y como hacen
siempre) valoran en el mercado, en no se
cuantas decenas o centenas de miles de millones de
pesetas. Datos temerarios, puesto que incitan al
tráfico de éste polvo de muerte, el que por
cuanto se publica y efectivamente, como afirma nuestro
relator, se está consumiendo en grandes cantidades...
los efectos ya los iremos sabiendo, a lo
largo del tiempo, pues ésta sociedad,
denominada opulenta, ya está loca perdida y
no saben que hacer o que tomar, para estimularse en
lo que sea y ello (para mi) no es otra cosa, que la
demostración, de que es una sociedad sumamente débil y
cuyas impotencias y miedos, ahoga con lo que sea...
puesto que a lo que teme verdaderamente, es a pensar y
analizar todo cuanto nos rodea. Posterior a la
detención citada, hubo muchas más en el 2001. [10] No olvidemos ni por un momento que se refiere a pesetas de... ¡1987!. [11] Entendamos o tratemos de entender, lo que significa en el relato la palabra explotar y recordemos los numerosos hechos, que en los periódicos aparecen, con la denominación de ajustes de cuentas entre drogadictos y traficantes, donde el impago de las deudas, algunas veces acaba en asesinato, puesto que se intuye, la feroz ley que rige entre éstos substratos de ese triste mundo de las drogas. [12] Vemos claramente a lo que llega la desesperación, puesto que ese proceder en muchos casos, lleva al asesinato, aún cuando ello sea indirectamente, puesto que cuando aparece un drogadicto muerto en cualquier lugar y generalmente abandonado, se suele decir que murió de... UNA SOBREDOSIS DE DROGA y podemos temer que en mayoría de casos no es así; simplemente que al adulterar las drogas y mezclarlas con rayos encendidos (es un decir) al entrar el producto en el riego sanguíneo de éstos pobres desgraciados, las reacciones que les producen, yo ya no dudo de que desemboquen en LA MUERTE. [13] El relato es lo suficientemente crudo y duro, como para comprender lo terrible que llega a ser el estado de total dependencia de la droga y lo que acarrea en consecuencias graves, el mismo... las que por lo trágicas y variadas que pueden llegar a ser, mejor el que... cada cual emplee su imaginación y saber, para llegar a comprender el estado de éstos ya pobres diablos, cuya personalidad inicial ya no existe. Indudablemente hay que reconocer el valor y el esfuerzo que tiene que suponer, regresar de ESTOS INFIERNOS. [14] Aún
cuando ya le he hablado de ello, pero para su mayor
comprensión y entendimiento, le envío adjunto; la
página completa, del Diario Ideal (página
39) del número correspondiente al día 18 de Febrero
2001 y cuyos titulares indican: LA ADICCIÓN
TOTAL A INTERNET YA ES TRATADA EN CLÍNICAS
ESPECIALIZADAS. Lea todo con suma atención por
cuanto puede representar ello para quien no sepa
dominarse en éste nuevo invento, que como todo, tiene
sus pros y contras. |
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